Hola a todos,
En esta ocasión me gustaría hablaros del origen de vuestras enfermedades físicas.
Hagamos una pincelada de esos monstruos que atormentan tanto a vuestra mente: las emociones, las fobias y los miedos.
Estos imputs negativos yacen en vuestra mente y se convierten en emociones enquistadas, las cuales se almacenan en vuestra alma que, como ya sabéis, tiene forma de ánfora. Y es aquí dentro donde dichas emociones se transforman en energía negativa. Y cuando ya no caben se desbordan y se expanden por vuestro cuerpo físico, anclándose siempre en vuestros puntos más débiles. Estas emociones son las causantes de que tengáis un sin vivir constante.
Es bueno que exterioricéis vuestras emociones. Y si os resulta muy difícil, pedid ayuda profesional. Buscad una solución en esta vida, evitando así que os las llevéis a una próxima vida.
Cuando trabajo en terapia regresiva compruebo la cantidad de vivencias traumáticas de vidas pasadas que lleváis muchos de vosotros. Mis años de experiencia ayudando a la gente me han ofrecido la oportunidad de crear mi propia terapia con mi sexto sentido. Gracias a él, visualizo en la persona el alma, el aura y los chakras, además de sus bloqueos emocionales y las consecuencias que le pueden conllevar y desencadenar en su cuerpo físico. Incluso visualizo si tiene deudas emocionales pendientes con personas fallecidas.
Cuando trabajo en terapia regresiva compruebo la cantidad de vivencias traumáticas de vidas pasadas que lleváis muchos de vosotros. Mis años de experiencia ayudando a la gente me han ofrecido la oportunidad de crear mi propia terapia con mi sexto sentido. Gracias a él, visualizo en la persona el alma, el aura y los chakras, además de sus bloqueos emocionales y las consecuencias que le pueden conllevar y desencadenar en su cuerpo físico. Incluso visualizo si tiene deudas emocionales pendientes con personas fallecidas.
Trabajando las emociones nocivas entramos en un equilibro físico, psíquico y emocional que nos lleva al bienestar y a obtener una evolución óptima para que, cuando volvamos a
aterrizar en otra vida, obtengamos la oportunidad de disfrutar de una vida más placentera
y gratificante.
Todos tenemos marcada una fecha de caducidad, en la cual sería positivo partir con nuestra mochila llena de vivencias enriquecedoras y recordando solamente a esas personas que han aterrizado en nuestro camino y con las que hemos experimentado lo que es el amor, y que deseamos volverlas a encontrar en futuras vidas.
Núria Fernández