jueves, 1 de enero de 2015

La ternura

Es una pena que esta palabra tan llena de amor esté un tanto olvidada.

Actuar con ternura no quiere decir que seamos débiles y frágiles, es que en ese preciso momento ponemos la energía del corazón en lo que estamos diciendo o bien haciendo. La ternura es un acto de libertad, ante todo y todos. Una palabra o bien una imagen nos puede desprender ternura es sentir en ese momento como palpita nuestro corazón. Ahora que hemos empezado un nuevo año, una recta más en nuestro camino de la vida, sería bueno agregarla en él.

2015

En estas fechas es bueno definir retos y objetivos y también proyectar cambios en vuestra vida. Eso es igual a tener ganas de vivir y evolucionar. Nunca debemos estar parados y esperando que nos llegue algo nuevo. Si no los provocamos, los cambios no surgen. A nuestro camino llegan personas y oportunidades nuevas. Debemos observar y reflexionar si realmente nos interesan o si pueden ser una pérdida de tiempo,  pues el tiempo es oro y tenemos que aprovecharlo.

En el 2014 he dejado atrás, como todos, vivencias y personas. Sólo me llevo lo experimentado y lo positivo de ellas. Es así como os aconsejo que os planteéis la vida.

Este 2015 será un año con una energía potente, por lo que protegeros mucho. Cada año que transcurre, cambia su efecto en nosotros. Las personas que trabajáis con ella, ya lo debéis de haber percibido.
Los que han estado sembrando y proyectando (y generando un campo vibracional positivo), es un buen año para recoger los frutos en cualquier ámbito de su vida de una manera efectiva y rápida, tal  como la propia energía de este año.

En cambio, los que están sentados en el camino de su vida y esperando a que llegue algo (de no sé dónde), permanecerán inertes. Además, pueden absorber la energía del bajo ancestral (energía negativa) que está latente y con ganas de abastecerse de todas estas personas que se sientan perdidas y sin rumbo.
No os paralicéis en ningún momento, por más duros que hayan sido estos últimos años.  La solución a estos malos momentos es la lucha y la proyección. Y sobre todo, no desalentarse ni auto compadecerse. Sea cual sea el motivo de nuestro dolor interno (la pérdida de un ser querido, el fracaso escolar, la no renovación de un contrato profesional, la traición de un amigo, etc.), no toca lamentarse y quedarse estirado en la cama. Es momento levantarse y proyectar. Y si os sentís solos recordad que siempre hay alguien a nuestro lado, sea en nuestro mundo terrenal o en el espiritual.

En este año que empieza llenad de ternura y afecto vuestras palabras y actos. Y entre todos proyectaremos un 2015 con mucha fuerza y amor.


Hasta luego.
Núria Fernández